La veracidad del argumento se basa en la autoridad o prestigio de la persona que lo defiende. Es una falacia lógica porque la veracidad no depende de la persona que realiza la afirmación, sino de las evidencias y los razonamientos que la acompañen. Es importante señalar que es prudente dar crédito a las conclusiones de las autoridades científicas, precisamente porque para llegar a ellas se han recogido una gran cantidad de pruebas, y han sido analizadas por diversos grupos de investigación que, de forma independiente, han llegado al mismo resultado.

Ejemplo

Conozco a un científico que cree en Dios. Por tanto, Dios existe.


También conocida como o «Ad verecundiam».



Otras falacias

Anfibología
El argumento puede tener múltiples significados distintos.
Apelación a la Multitud
El argumento se da por cierto porque "todo el mundo lo hace".
Causa Falsa
Se ha confundido correlación con causalidad.
Continuo
No se pueden distinguir casos extremos cuando hay casos intermedios de clasificación ambigua.
Contra el hombre
Se ataca a la persona en lugar de al argumento.
Hombre de Paja
Se ha tergiversado el argumento para que sea más fácil de atacar.
Falsa Dicotomía
De todas las opciones posibles, se han tenido en cuenta sólo dos.
Inconsistencia
Los argumentos no podrían ser ciertos todos a la vez.
Incredulidad Personal
No se ha podido entender el argumento, por lo que es falso.
Ningún Escocés Verdadero
Se redibuja una definición para esquivar un contraejemplo, o se lo extrae del conjunto definido.
No se sigue
Los argumentos dados son irrelevantes.
Por la ignorancia
Se da el argumento por cierto debido a que no se puede demostrar que sea falso.
Por las consecuencias
El argumento es falso ya que sus consecuencias son indeseables.
Tautología
La veracidad del argumento ya se incluye entre sus premisas.